¿Qué velocidad tiene un avión de pasajeros?
A lo largo de la historia de la aviación, uno de los avances más evidentes que distingue a los aviones actuales de sus predecesores es, por supuesto, la velocidad.
La velocidad de un avión, sin embargo, no depende únicamente de su tecnología ni de lo bien que el piloto sea capaz de «empujar» los motores, sino que es el resultado de varios factores: el clima, la estructura del avión, la altura, el peso son sólo algunos de los elementos que pueden afectar a la velocidad de crucero de un avión de pasajeros.
En este artículo vamos a descubrir los aviones comerciales que pueden considerarse los más rápidos del mundo: ¡estos gigantes de los cielos hacen que el mundo parezca mucho más pequeño, porque nos permiten cubrir distancias muy largas en tiempos muy cortos!
Aérospatiale/BAC Concorde
El Aérospatiale/BAC Concorde, en funcionamiento de 1976 a 2003, fue un avión supersónico franco-británico desarrollado y producido conjuntamente por Sud Aviation (más tarde Aérospatiale) y British Aircraft Corporation (BAC).
Este avión, fácilmente reconocible por su característico fuselaje alargado sin cola y con el morro caído, estaba propulsado por cuatro turborreactores Rolls-Royce/Snecma Olympus 593. El Concorde podía alcanzar una velocidad máxima superior al doble de la velocidad del sonido hasta Mach 2,04, o 1.354 millas por hora (mph) o 2.180 kilómetros por hora (km/h) a altitud de crucero.
Desgraciadamente, la fama del Concorde está ligada no sólo a su velocidad, sino también a una serie de tristes accidentes, el último de los cuales ocurrió el 25 de julio de 2000El vuelo 4590 de Air France, operado por el avión Concorde F-BTSC, se incendió durante el despegue del aeropuerto Charles De Gaulle de París y se estrelló poco más de un minuto después al noreste de París. Los 100 pasajeros a bordo, los 9 miembros de la tripulación y los 4 empleados del hotel Hotelissimo de Gonesse, en el que se estrelló el avión, perdieron la vida, mientras que otras seis personas en tierra resultaron heridas.
El accidente decretó la retirada del Concorde y puso en entredicho la seguridad de los vuelos supersónicos.
Boeing 747-8i
La familia Boeing cuenta con numerosos modelos que ostentan récords de velocidad de crucero. El 747-8 Intercontinental puede alcanzar los 1.000 km/h y transportar 342 pasajeros.
Anunciado oficialmente en 2005, el 747-8 es la tercera generación de los modelos 747 de Boeing. Comparado con sus predecesores, cuenta con un ala rediseñada, un fuselaje alargado y una mayor eficiencia. Es el avión comercial más grande jamás construido en Estados Unidos y también es el avión de pasajeros más largo del mundo.
En estos momentos, la empresa Boeing está transformando dos aviones 747-8 para convertirlos en Air ForceOne y Air Force Two, los dos aviones presidenciales de los Estados Unidos de América: tras instalar los equipos de seguridad adecuados, los dos aviones estarán operativos a partir de 2024.
Airbus A380
Airbus y Boeing llevan años disputándose el friso de «rey de los cielos» y, antes de la llegada del 747-8i, el A380 parecía haber logrado unos registros envidiables, sobre todo en lo que a velocidad se refiere. Alcanza una velocidad de crucero de 652 mph, ligeramente inferior a la del Boeing 747-8i.
El Airbus A380, de fabricación europea, es actualmente el avión de pasajeros más grande del mundo, con una capacidad máxima de 853 pasajeros. Este gigante tiene un alcance de 8.000 millas náuticas. Lo utilizan principalmente la aerolínea Emirates, Singapore Airlines y Lufthansa, pero debido a sus elevados costes, su producción se interrumpió en 2021.
Estos son sólo algunos de los modelos de avión que han demostrado velocidades de crucero récord: como decíamos al principio, no es sólo la tecnología lo que determina la velocidad, sino también una afortunada combinación de factores.
Los pasajeros que iban a bordo de un vuelo de British Airways que operaba entre Nueva York y Londres en 2015 lo sabían bien. En aquella ocasión, un viento favorable de 323 km/h permitió al avión, un Boeing 777, alcanzar los 1.200 km/h, rozando la velocidad del sonido (1.237,38 km/h).
El vuelo aterrizó una hora y media antes de lo previsto. Fue buena suerte para los pasajeros y un gran resultado para los pilotos, que supieron aprovechar las condiciones meteorológicas a su favor.
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