Combustible sostenible para la aviación: una revolución necesaria
Cuando se trata de sostenibilidad medioambiental, las compañías aéreas siempre acaban en el punto de mira de las críticas y los debates. De hecho, es precisamente el sector de la aviación el que puede presumir ahora de la posibilidad de un cambio real a favor de un menor consumo de recursos naturales.
Hacer esta reflexión es el análisis de
Columbia Threadneedle Investment
que recoge datos sobre el consumo de combustible de aviación en 2019-2020: en 2019 el sector consumió el 8% de todo el petróleo consumido en el mundo, el equivalente a casi 7,5 millones de barriles diarios. En 2020, debido a la pandemia de Covid-19, la mayoría de las aerolíneas se quedaron en tierra, lo que provocó un descenso del 39% en el consumo de combustible.
Sabemos, sin embargo, que la aviación es un mercado en constante expansión y que pronto la población mundial volverá a desplazarse tanto y más que en los últimos años: a menos que se actúe con normativas estrictas a escala mundial, los aviones seguirán utilizando combustibles fósiles, hasta el punto de que se calcula que en 2050 la industria podría consumir más de 1.000 millones de euros al año. 14 millones de barriles diarios, más que el petróleo consumido por toda China en 2019.
Invertir en combustible de aviación sostenible
Invertir en combustible sostenible es una forma eficaz de reducir significativamente la huella de carbono de la aviación y mantener a los pasajeros en el aire en tiempos de creciente concienciación medioambiental. La tecnología está ahí, solo tenemos que utilizarla.
Incluso antes de que la pandemia hiciera estragos, las compañías aéreas europeas, como el grupo Lufthansa o Air France-KLM, ya se enfrentaban a una presión cada vez mayor para reducir las emisiones de carbono.
A diferencia del sector del automóvil, es impensable sustituir todos los aviones actualmente en circulación, porque el capital económico que ello implica es demasiado elevado. Es necesario encontrar una forma de combustible que pueda utilizarse en el depósito de los aviones actuales.
Por tanto, la solución más probable en estos momentos es eluso de SAF, es decir, combustibles sostenibles producidos a partir de residuos de vertedero, como el aceite de cocina usado y la grasa animal desechada que se mezclan con combustible fósil normal.
El uso de SAE es, según el análisis de Columbia Threadneedle Investment , el único camino a seguir en la actualidad, lo que aún permitiría avanzar hacia el uso de tecnologías más avanzadas, como el hidrógeno.
El verdadero avance es la regulación
En julio de 2021, la Comisión Europea lanzó por fin el paquete legislativo «Fit for 55«, cuyo objetivo es perseguir el Pacto Verde Europeo, es decir, todas las estrategias para lograr la neutralidad climática de aquí a 2050 en la Unión Europea. El nombre del paquete legislativo se debe al plan inicial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030.
Dentro de esta normativa también están las medidas ReFuel Eu Aviation, dedicadas al sector de la aviación y destinadas a inducir un uso cada vez mayor de combustibles sostenibles.
El otro quid de la cuestión es elaumento del coste de los vuelos para los pasajeros: es importante poder comunicar con claridad y transparencia el hecho de que la introducción de las FAE aumentará el coste por billete en el primer periodo, pero que este cambio es indispensable para el futuro de nuestro planeta.
La sostenibilidad es sin duda una inversión importante para la aviación en muchos aspectos, pero es un paso en un camino necesario para contrarrestar el consumo de recursos naturales y permitirnos seguir volando en las próximas décadas.
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