Seguridad en vuelo: el paracaídas balístico
Muchos pilotos se suben a un avión equipado con paracaídas balístico, pensando que no es necesaria ninguna formación específica para poder utilizar este importante sistema de seguridad, que, por el contrario, es necesario conocer bien para poder utilizarlo en vuelo con seguridad y éxito.
El paracaídas balístico es un paracaídas que se instala en el avión y puede desplegarse en una situación de emergencia: el sistema permite que un cohete sólido despliegue un paracaídas que se asegura dentro del avión mediante correas.
El sistema consta básicamente del paracaídas, las correas de sujeción y suspensión, una unidad de extracción y el cohete. El paracaídas balístico puede activarse mediante una manivela que, sin embargo, dispone de un sistema de protección para evitar su apertura accidental tanto en tierra como en vuelo: hay que retirar un pasador de seguridad antes del despegue y, en vuelo, hay que quitar una cubierta para tirar de la manivela que activa el sistema.
Los paracaídas balísticos han revolucionado la seguridad en la aviación general al proporcionar una medida de seguridad adicional a los ocupantes de las aeronaves, teóricamente de forma similar a como lo hacen los cinturones de seguridad en los automóviles.
¿Cuándo activar el paracaídas?
La respuesta no es sencilla y muchos pilotos entran en discusiones sobre este punto, especialmente en los foros del sector. Esta indecisión se debió, en los primeros años, a la falta (aparte de las pruebas de certificación) de una estadística que corroborara la utilidad de este sistema. Ahora, sin embargo, casi veinte años después de su introducción, las cifras nos dicen algo muy importante: todos los que lo utilizaron se salvaron.
Por eso podemos decir que, hoy en día, uno de los principales motivos que lleva incluso a pilotos con años de experiencia de vuelo a no abrir sus paracaídas, no permitiendo que la aeronave desacelere y encontrándose así con impactos muy violentos contra el suelo, es la falta de una formación adecuada. Un entrenamiento que va mucho más allá del simple acto físico de alcanzar la palanca de activación. La indecisión de un piloto al desplegar el paracaídas puede ser fatal.
Así que el factor tiempo es decisivoPor eso es necesario que te familiarices con los escenarios en los que tienes que utilizar tu paracaídas y en el momento en que te reconozcas dentro de uno de esos escenarios no debes hacer ninguna otra valoración, tus manos deben moverse solas para llevar a cabo el procedimiento de apertura que has ensayado y ensayas en los entrenamientos. Lo que siempre recordamos a nuestros alumnos es que la decisión de abrir el paracaídas nunca se toma en el momento en que surge la situación de emergencia, sino que es una decisión que se toma con meses o años de antelación durante la formación inicial y recurrente del piloto. Esto por sí solo ahorra unos segundos preciosos, segundos que son necesarios para que el paracaídas se abra correctamente.
Cada situación de emergencia requiere una evaluación diferente: si el avión realiza un picado pronunciado y pierde altura rápidamente, se recomienda desplegar el paracaídas lo antes posible. Sin embargo, si el piloto tiene el control de la aeronave, puede optar por detener el descenso y abrir entonces el paracaídas balístico.
Activar el paracaídas balístico a tiempo también implica una dosis de sangre fría que puede no ser tan habitual en situaciones de emergencia. Por eso es importante que el piloto, además de repasar el procedimiento del paracaídas durante el briefing de despegue, realice un pequeño ejercicio durante el ascenso inicial: alcanzar la palanca del paracaídas cada vez que se supere la altitud mínima de apertura. Esto le permitirá desarrollar la memoria muscular del gesto y hacerlo más instintivo si se presenta la oportunidad.
Utilice siempre el cinturón de seguridad
Cuando se despliega el paracaídas, la deceleración inducida por éste puede ser muy fuerte: si no estás bien anclado al asiento con el cinturón de seguridad, el impacto puede ser excesivo. Por eso es importante que durante el vuelo lleve abrochado el cinturón de seguridad: un pequeño gesto que nunca debe descuidarse.
Volar es siempre una experiencia emocionante, incluso para los pilotos más experimentados, pero sigue siendo importante dar prioridad a la propia seguridad: conocer las características y pautas de uso de un paracaídas balístico puede marcar la diferencia en una situación de emergencia.
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